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Artículo: Cómo manejar la psoriasis en las estaciones frías

Cum să gestionezi psoriazisul în anotimpurile reci

Cómo manejar la psoriasis en las estaciones frías

A medida que las hojas cambian de color y las temperaturas bajan, muchos de nosotros damos la bienvenida al otoño y al invierno con los brazos abiertos. Sin embargo, para las personas que viven con psoriasis, el cambio de estación trae desafíos únicos. El clima frío y seco puede agravar los síntomas de la psoriasis, haciendo que el manejo de la afección sea aún más difícil. Pero no debemos dejar que el frío afecte nuestra piel y bienestar.

El frío no solo deshidrata e irrita la piel, sino que también puede afectar el bienestar general, amplificando la sensación de incomodidad y frustración relacionada con el manejo de la psoriasis. Por lo tanto, es crucial adaptar nuestra rutina de cuidado y las estrategias de manejo de la psoriasis para enfrentar estas condiciones meteorológicas desafiantes.

Este artículo está dedicado a explorar consejos prácticos y estrategias efectivas para ayudar a las personas con psoriasis a navegar con éxito los desafíos que trae la temporada fría, con el objetivo de minimizar el impacto negativo en la piel y mejorar la calidad de vida. Armado con estos conocimientos, puedes mantener tu piel saludable y disfrutar de la belleza de las estaciones frías, sin permitir que la psoriasis empañe tu bienestar.

1. Intensifica la hidratación

Cuando las temperaturas exteriores comienzan a bajar y el aire se vuelve más seco, tu piel puede sufrir, volviéndose más propensa a la sequedad, picazón y descamación, síntomas que ya son demasiado familiares si vives con psoriasis. En estos momentos, un paso esencial en tu rutina de cuidado de la piel es intensificar la hidratación. El uso regular de una crema hidratante densa, que actúe como un emoliente, es crucial para ayudar a la piel a mantener su humedad y para formar una barrera protectora contra los factores externos irritantes.

Te recomendamos aplicar crema hidratante inmediatamente después de salir de la ducha o baño. Esto te ayuda a "sellar" la humedad en la piel, aprovechando los poros abiertos y la humedad aún presente. Elige productos que estén especialmente formulados para piel sensible o cremas para psoriasis, evitando los perfumes fuertes y el alcohol, que pueden irritar aún más la piel.

No te limites a aplicar solo una vez al día. Puede ser necesario reaplicar la crema hidratante varias veces al día, especialmente en las zonas muy secas o afectadas por placas. Mantén un tubo de crema a mano tanto en casa como en el trabajo o en el bolso, para que te sea más fácil mantener la piel hidratada durante todo el día.

Además, considera también el uso de aceites hidratantes naturales, como el aceite de coco o de jojoba, que pueden ofrecer una hidratación profunda y calmar la piel irritada. Estos pueden aplicarse por la noche, antes de acostarse, permitiendo que la piel se regenere y absorba los nutrientes durante la noche.

2. Ajusta el baño

Durante el invierno, la tentación de tomar una ducha caliente y larga puede ser grande, especialmente después de un día frío. Sin embargo, para tu piel, que ya enfrenta los desafíos de la psoriasis, este hábito puede tener efectos contraproducentes. El agua caliente y la exposición prolongada pueden debilitar la barrera natural de la piel, provocando una pérdida aún mayor de humedad y exacerbando los síntomas de sequedad y picazón.

Un enfoque más suave implica ajustar la temperatura del agua a un nivel tibio y cómodo, que no irrite la piel. Intenta limitar el tiempo que pasas bajo la ducha o en la bañera a un máximo de 10-15 minutos. Esto ayuda a prevenir la deshidratación excesiva de la piel y conserva los aceites naturales, esenciales para mantener una barrera cutánea saludable.

Agregar aceites de baño o copos de avena coloidal puede transformar tu baño en un tratamiento terapéutico para la piel afectada por psoriasis. Los aceites de baño, como el aceite de almendras o de coco, pueden proporcionar hidratación adicional y una capa de protección, mientras que la avena coloidal tiene propiedades calmantes y antiinflamatorias, ayudando a reducir el enrojecimiento y la picazón.

Cuando te seques, evita frotar la piel con la toalla, ya que este gesto puede irritar las placas psoriásicas y eliminar los aceites naturales de la piel. En su lugar, opta por un método de secado mediante toques suaves, que mantenga la integridad y humedad de la piel. Luego, aplica inmediatamente una crema hidratante de calidad para sellar la humedad en la piel.

3. Utiliza humidificadores

A medida que las temperaturas exteriores bajan y comenzamos a depender más de los sistemas de calefacción interior, la humedad en nuestras casas puede disminuir significativamente. El aire seco en el interior no solo es incómodo, sino que también puede tener un impacto negativo en tu piel, especialmente si tienes psoriasis. La humedad reducida puede agravar la sequedad de la piel, causando picazón y empeorando las placas psoriásicas. Aquí es donde entran en juego los humidificadores.

El uso de un humidificador en los espacios donde pasas la mayor parte del tiempo, como el dormitorio o la oficina, puede ayudar a restablecer un nivel óptimo de humedad en el aire. La humedad añadida al aire ayuda a prevenir la deshidratación de la piel, proporcionándole un ambiente más favorable que puede reducir los síntomas de picazón y descamación asociados con la psoriasis.

4. Atención a la vestimenta

La elección de la ropa adecuada puede desempeñar un papel crucial en el manejo de los síntomas de la psoriasis, especialmente en los meses fríos, cuando el instinto puede ser vestirnos con ropa gruesa para protegernos del frío. Sin embargo, es importante ser conscientes de que no solo el frío, sino también la ropa que usamos puede afectar el estado de nuestra piel.

Los materiales ásperos o sintéticos pueden irritar la piel y pueden exacerbar los síntomas de picazón e inflamación asociados con la psoriasis. En contraste, los materiales naturales, suaves y transpirables, como el algodón, son mucho más amables con la piel y permiten que esta respire, reduciendo el riesgo de irritación. Al seleccionar ropa, revisa las etiquetas y opta por aquellos materiales que apoyen la salud de tu piel.

Además, la forma en que nos vestimos puede contribuir a nuestro confort térmico, pero también al estado de la piel. La superposición excesiva de ropa puede provocar un sobrecalentamiento del cuerpo y, en consecuencia, sudoración. La humedad excesiva y el calor pueden irritar la piel afectada por la psoriasis, intensificando la incomodidad. Se recomienda adoptar un sistema de vestimenta por capas, que nos permita ajustar fácilmente el nivel de calor añadiendo o quitando capas, según sea necesario.

Además de la selección cuidadosa del material y la gestión de las capas de ropa, es útil prestar atención también al lavado de la ropa. Los detergentes fuertes o los blanqueadores pueden dejar residuos en la ropa que pueden irritar la piel sensible. Elige detergentes suaves, sin fragancias ni colorantes, y enjuaga bien la ropa para reducir el riesgo de irritación. Además, evita el uso de suavizantes para ropa, que pueden contener sustancias químicas irritantes.

5. Continúa el tratamiento

La continuidad del tratamiento para la psoriasis durante los meses de invierno es esencial, incluso cuando la capa adicional de ropa oculta las lesiones o los síntomas parecen atenuarse temporalmente. Las estaciones frías pueden traer consigo un conjunto único de desafíos para la piel afectada por la psoriasis, y la interrupción del tratamiento puede conducir a la exacerbación de los síntomas o a la aparición de complicaciones inesperadas.

Es importante que mantengas la rutina de tratamiento establecida junto con tu médico, incluso si los cambios climáticos o el estilo de vida asociado con el invierno te pueden tentar a descuidarla. Por ejemplo, la piel puede necesitar una hidratación adicional o puede ser necesario ajustar la frecuencia de aplicación de algunos tratamientos tópicos para combatir la sequedad excesiva del aire.

Si notas que los síntomas de tu psoriasis empeoran durante los meses de invierno, es crucial que hables de esto con tu dermatólogo. Él puede evaluar la eficacia del régimen de tratamiento actual y hacer ajustes, ya sea modificando las dosis o añadiendo tratamientos adicionales. En algunos casos, se pueden recomendar opciones terapéuticas avanzadas, como la fototerapia o medicamentos sistémicos y biológicos, que pueden ofrecer un alivio más eficaz en el manejo de la psoriasis durante el invierno.

En conclusión, navegar por los desafíos de las estaciones frías requiere un enfoque cuidadoso y proactivo para quienes viven con psoriasis. Adaptar el cuidado de la piel, mantener un ambiente óptimo en tu hogar, elegir cuidadosamente la ropa y continuar con un tratamiento adecuado son pasos esenciales que pueden marcar la diferencia en la gestión eficaz de los síntomas.

Al adoptar estas estrategias, puedes proteger tu piel, minimizar las molestias y mantener la psoriasis bajo control, permitiéndote disfrutar de la belleza y la unicidad de cada temporada, sin importar los desafíos que pueda traer.

 

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