
Natación con psoriasis: Qué debes saber antes de sumergirte
Para muchos de nosotros, nadar es uno de los placeres del verano, ofreciendo un refresco bienvenido en los días calurosos y una excelente forma de ejercicio físico. Sin embargo, para las personas que viven con psoriasis, la idea de sumergirse en el agua puede traer preguntas y preocupaciones específicas. ¿Cómo afecta el agua salada del mar o el cloro de la piscina a la piel con psoriasis? ¿Existen pasos que puedas seguir para disfrutar de la natación sin empeorar tu condición? Aquí tienes algunas informaciones esenciales y consejos para disfrutar de la natación incluso si enfrentas psoriasis.
Nadar en agua salada beneficioso para psoriasis
Explorar los beneficios de nadar en agua salada para las personas con psoriasis pone de manifiesto un tratamiento natural potencial para esta molesta afección de la piel. La sal y los minerales presentes de forma natural en el agua del mar tienen propiedades exfoliantes y antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir el grosor de las placas psoriásicas y a calmar el enrojecimiento y la inflamación. Esta acción suave de limpieza puede facilitar la eliminación de las escamas y contribuir a mejorar el aspecto general de la piel.
El efecto del agua salada sobre la hidratación de la piel
Uno de los aspectos beneficiosos de nadar en el mar es la capacidad del agua salada para apoyar la hidratación de la piel. Aunque pueda parecer contraintuitivo, minerales como el magnesio pueden mejorar la capacidad de la piel para retener la humedad, lo cual es esencial en el manejo de la psoriasis. La hidratación adecuada sostiene la elasticidad y flexibilidad de la piel, contribuyendo a mantener una barrera cutánea saludable y resistente.
Mejora de la barrera cutánea
El agua salada también puede desempeñar un papel en el fortalecimiento de la barrera cutánea. Al mejorar la función de barrera de la piel, se reduce el riesgo de infecciones y otras irritaciones que pueden agravar la psoriasis. Este efecto protector ayuda a mantener la salud de la piel y puede reducir la frecuencia y la gravedad de los brotes de psoriasis.
Escuchar la reacción de la piel
Con todos estos beneficios potenciales, es esencial prestar atención a cómo reacciona tu piel al nadar en agua salada. La piel de cada persona es única, y lo que funciona para algunos puede no ser igual de efectivo para otros. Observa atentamente cualquier cambio en el estado de tu piel y prepárate para actuar si aparecen signos de sequedad excesiva o irritación.
Pasos a seguir
Si observas síntomas de irritación o sequedad aumentada después de nadar, es crucial actuar rápidamente para minimizar la incomodidad. Enjuágate con agua dulce inmediatamente después de salir del mar para eliminar las sales y minerales residuales que pueden secar la piel. Luego, aplica una crema hidratante nutritiva para restaurar la humedad y calmar la piel. Elige productos formulados especialmente para piel sensible o afectada por psoriasis, para evitar irritantes comunes que pueden agravar los síntomas.
Con el enfoque correcto y una monitorización cuidadosa de la reacción de la piel, nadar en agua salada puede ser una actividad veraniega agradable y beneficiosa para las personas con psoriasis. Sin embargo, es importante mantenerse informado y consultar a un especialista para recomendaciones personalizadas, asegurándote de aprovechar al máximo las propiedades terapéuticas del mar sin comprometer la salud de tu piel.
Nadar en la piscina
Nadar en la piscina ofrece una forma refrescante y accesible de hacer ejercicio, pero la presencia de cloro en el agua requiere precauciones adicionales para las personas con psoriasis. El cloro se utiliza ampliamente para mantener el agua de la piscina limpia eliminando bacterias, pero los productos químicos pueden ser agresivos para la piel sensible, agravando la sequedad e irritación asociadas con la psoriasis.
Estrategias de protección contra el cloro
1. Enjuague previo y posterior a la natación
Un paso simple, pero eficaz, para minimizar el impacto del cloro en la piel es enjuagarse bien con agua dulce antes de entrar a la piscina y justo después de salir. El enjuague previo humedece la piel y el cabello, reduciendo la cantidad de cloro absorbida. El enjuague posterior elimina el cloro y otros químicos de la piel, limitando su efecto irritante.
2. Aplicación de una barrera protectora
Para un nivel adicional de protección, aplica una crema hidratante densa o un aceite protector sobre la piel antes de entrar en la piscina. Estos productos actúan como una barrera física entre la piel y los químicos del agua, protegiendo contra la deshidratación y la irritación. Los productos a base de petrolato son especialmente eficaces para bloquear el agua y los químicos, pero los aceites naturales, como el aceite de coco o de jojoba, también pueden ofrecer una protección eficaz.
3. Limitación de la duración de la exposición al cloro
Para minimizar la exposición al cloro y sus posibles efectos negativos, limita la duración de las sesiones de natación. Establece un tiempo razonable para disfrutar del agua de la piscina sin poner en riesgo la salud de tu piel. Después de nadar, es importante ducharse lo antes posible, usando jabones y champús suaves, formulados para piel sensible, para eliminar cualquier residuo químico que quede en la piel y el cabello.
4. La elección de productos para el cuidado post-natación
Después de la ducha post-natación, aplica generosamente en la piel una crema hidratante de calidad o un bálsamo reparador. Esto ayudará a restaurar la humedad perdida y a calmar cualquier irritación. Buscar productos con ingredientes calmantes, como aloe vera, glicerina o manteca de karité, puede ofrecer alivio adicional y apoyo para mantener la salud de la barrera cutánea.
Aunque el cloro en las piscinas representa un desafío para las personas con psoriasis, al adoptar las medidas de precaución adecuadas, la natación puede seguir siendo una actividad placentera y beneficiosa. Es esencial escuchar las necesidades de tu piel y ajustar la rutina de cuidado en consecuencia, permitiéndote disfrutar de los beneficios de la natación sin comprometer la salud de tu piel. Con la atención adecuada y el cuidado preventivo, la piscina puede ser una fuente de diversión y relajación, incluso para quienes tienen psoriasis.
Qué evitar
Indiferent de locul unde alegi să înoți, există câteva practici generale pe care ar trebui să le eviți:
- No te saltes la hidratación post-natación: Aplica siempre una crema hidratante rica después de enjuagarte para ayudar a restaurar la humedad y la barrera de la piel.
- Evita estar en el agua por períodos prolongados, ya que esto puede empeorar la sequedad y la irritación.
- Si usas tratamientos tópicos para la psoriasis, habla con tu médico sobre el mejor momento para aplicarlos alrededor de las sesiones de natación, para maximizar la eficacia del tratamiento sin irritar la piel.
La natación puede seguir siendo una parte agradable y beneficiosa de tu vida, incluso cuando convives con psoriasis. La clave es entender cómo los diferentes entornos acuáticos pueden afectar tu piel y tomar medidas proactivas para proteger y cuidar adecuadamente la piel. Con una atención especial a la hidratación y protección, la natación puede ser una fuente de alegría y relajación, sin poner en riesgo la salud de la piel afectada por la psoriasis.
Es esencial escuchar las señales que te transmite la piel y ajustar tu comportamiento de cuidado en consecuencia. Armado con los conocimientos y precauciones necesarios, el verano y la natación pueden convertirse en fuentes de salud y felicidad, permitiéndote disfrutar de cada momento pasado en el agua, sin importar los desafíos del psoriasis.
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